Se estrenó el documental sobre la enseñanza en México, un panorama por encimita
Astrid DEL ÁNGEL
MORELIA, MICH.- Ni a medias se cumplió la promesa de reflejar “la realidad del sistema educativo en México”. Pese a contar con todos los medios para realizar un producto íntegro y real, la película “De panzazo” estrenada el pasado viernes 24 de febrero, evidencia sólo uno de los problemas del sistema mexicano: Elba Esther Gordillo y su Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), sin tomar en cuenta las diferentes condiciones sociales que viven los mexicanos.
El conductor del noticiero matutino de Televisa, Carlos Loret de Mola, narra las lamentables circunstancias en que se imparten clases en el país, tanto por la carencia de infraestructura como la falta de preparación e interés de los profesores frente a grupo. Nada nuevo, pese a que el lema de la publicidad era “el documental que le abrirá los ojos a los mexicanos acerca del panorama educativo”.
Por otra parte, la producción reúne una serie de datos, principalmente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), donde se compara a México con otros países y se muestra la poca evolución que se ha logrado en los últimos años, por ejemplo, advierten que de cada 100 niños de una generación, sólo 64 terminarán la primaria, 46 la secundaria, 24 el bachillerato, 10 la licenciatura y dos o tres un posgrado, pero de hecho, nunca se conjuntan las cifras para sentar un verdadero panorama, no hay definición de causas, no hay propuestas de fondo.
Y pese a que el documental plantea que a mayor escolarización es también mayor la producción económica del país y la calidad de vida de las personas, la realidad es muy diferente, y así lo exhibe uno de los adolescentes que grabó la situación de su escuela, quien se cuestiona para qué una persona va a dejar de ganar millones de pesos del narcotráfico por el bien del país, mejor sigue en dicha actividad sin importarle los demás, “a mí que me interesa el bien del país, con que yo tenga todo”, palabras más palabras menos.
Si hay algo que rescatar de la producción es la honestidad de los alumnos que metieron las cámaras a su vida, en su casa y en su escuela, exhiben la falta de clases, su desinterés por el futuro y las técnicas que los maestros usan para, de no ser posible tener el respeto, lograr algo de control en las aulas. Así mismo, es loable el hecho de poner el dedo en la llaga, al situar el tema en el ojo público.
Según la película los factores que coexisten en este problema son los alumnos, los profesores, los padres de familia, la Secretaria de Educación Pública (SEP) y el SNTE; pero deja de lado que las necesidades son diferentes en cada nivel educativo, así como las características particulares de cada niño por su situación socioeconómica. Aquí va una cifra que no aparece en la cinta:
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática, (INEGI), los menores mexicanos ven de dos a tres horas diarias de televisión, tiempo que suele triplicarse durante las vacaciones, por lo que en México, un niño ve en promedio 2 mil horas de televisión abierta, mientras que a la escuela sólo le dedica menos de 800 horas en un año escolar.
Ello de acuerdo a una investigación que realizó Wulfrano Torres Pérez, doctor en Psicología Social e investigador de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, quien plasmó que “la televisión transmite valores y formas de interactuar que no tienen nada de humano, como son la estupidez, la violencia y la exaltación de lo tonto y superfluo”.
Una de las líneas narrativas es la pregunta sobre cuántos maestros hay en México, misma que no fue resuelta ni por la SEP ni por el sindicato, sin embargo, con el equipo de investigadores que tenían ¿no se pudo hacer una estimación? Obviamente las autoridades deberían tenerlo, pero ante su ineptitud, se pudieron buscar datos de sindicalizados, adscritos al ISSSTE, plazas otorgadas y hacer un estimado.
Finalmente, un desperdicio de tiempo fueron las entrevistas formales al entonces secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio, y la líder del SNTE, Elba Esther Gordillo, ya que además de que los fragmentos que se exhiben son muy breves, carecen de sustancia, a excepción del reconocimiento de una estrategia política por parte de la maestra. Loret de Mola se distingue por ser inquisitivo en sus entrevistas (cuando el contexto lo permite), lo que hace parecer que la televisora, con relaciones tanto con los directores y productores de la obra, pudo haber marcado la línea para evitar meterse en problemas políticos.
La narrativa es buena, el documental utiliza como línea la vida de una familia de escasos recursos, la madre trabaja como lavacoches y en tianguis, por lo que los niños deben trabajan, sin embargo, tanto la adulta como los estudiantes tienen la convicción de que si estudian, tendrán mejores ingresos, por lo que su vida podrá ser diferente.
Antes de la proyección de la película, el espectador recibirá una postal dividida en tres partes, EMA, E de exige a las autoridades, M Mejora la escuela y A Actúa, con sugerencias para los padres de familia sobre cómo apoyar a los estudiantes, pero la primera de las recomendaciones que debería tener el apartado de Actúa no está, podría ser algo así como: “Apaga el televisor” o “Exige mejores contenidos en la televisión, Mejora los programas que ve tu hijo, Actúa y deja de ser sólo un espectador”.
Cabe señalar que esta reseña no tiene, ni por poco, la intención de defender al SNTE, sino de ampliar el panorama, ya que parece un error garrafal omitir los efectos que la televisión tiene en los mexicanos en el tema de la educación. En conclusión, “De panzazo” se trata de un intento de denuncia muy a medias, así como la calidad de la educación del país.
Ficha técnica de la cinta
Documental | 2012 | 80 min. | 35mm | Español | México
Codirigida por: Carlos Loret de Mola y Juan Carlos Rulfo
Producida por: Daniela Alatorre y Mexicanos Primero
Escrita por: Carlos Loret de Mola y Mario Gutiérrez Vega, con el apoyo de Mexicanos Primero
Fotografía: Juan Carlos Rulfo
El conductor del noticiero matutino de Televisa, Carlos Loret de Mola, narra las lamentables circunstancias en que se imparten clases en el país, tanto por la carencia de infraestructura como la falta de preparación e interés de los profesores frente a grupo. Nada nuevo, pese a que el lema de la publicidad era “el documental que le abrirá los ojos a los mexicanos acerca del panorama educativo”.
Por otra parte, la producción reúne una serie de datos, principalmente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), donde se compara a México con otros países y se muestra la poca evolución que se ha logrado en los últimos años, por ejemplo, advierten que de cada 100 niños de una generación, sólo 64 terminarán la primaria, 46 la secundaria, 24 el bachillerato, 10 la licenciatura y dos o tres un posgrado, pero de hecho, nunca se conjuntan las cifras para sentar un verdadero panorama, no hay definición de causas, no hay propuestas de fondo.
Y pese a que el documental plantea que a mayor escolarización es también mayor la producción económica del país y la calidad de vida de las personas, la realidad es muy diferente, y así lo exhibe uno de los adolescentes que grabó la situación de su escuela, quien se cuestiona para qué una persona va a dejar de ganar millones de pesos del narcotráfico por el bien del país, mejor sigue en dicha actividad sin importarle los demás, “a mí que me interesa el bien del país, con que yo tenga todo”, palabras más palabras menos.
Si hay algo que rescatar de la producción es la honestidad de los alumnos que metieron las cámaras a su vida, en su casa y en su escuela, exhiben la falta de clases, su desinterés por el futuro y las técnicas que los maestros usan para, de no ser posible tener el respeto, lograr algo de control en las aulas. Así mismo, es loable el hecho de poner el dedo en la llaga, al situar el tema en el ojo público.
Según la película los factores que coexisten en este problema son los alumnos, los profesores, los padres de familia, la Secretaria de Educación Pública (SEP) y el SNTE; pero deja de lado que las necesidades son diferentes en cada nivel educativo, así como las características particulares de cada niño por su situación socioeconómica. Aquí va una cifra que no aparece en la cinta:
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática, (INEGI), los menores mexicanos ven de dos a tres horas diarias de televisión, tiempo que suele triplicarse durante las vacaciones, por lo que en México, un niño ve en promedio 2 mil horas de televisión abierta, mientras que a la escuela sólo le dedica menos de 800 horas en un año escolar.
Ello de acuerdo a una investigación que realizó Wulfrano Torres Pérez, doctor en Psicología Social e investigador de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, quien plasmó que “la televisión transmite valores y formas de interactuar que no tienen nada de humano, como son la estupidez, la violencia y la exaltación de lo tonto y superfluo”.
Una de las líneas narrativas es la pregunta sobre cuántos maestros hay en México, misma que no fue resuelta ni por la SEP ni por el sindicato, sin embargo, con el equipo de investigadores que tenían ¿no se pudo hacer una estimación? Obviamente las autoridades deberían tenerlo, pero ante su ineptitud, se pudieron buscar datos de sindicalizados, adscritos al ISSSTE, plazas otorgadas y hacer un estimado.
Finalmente, un desperdicio de tiempo fueron las entrevistas formales al entonces secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio, y la líder del SNTE, Elba Esther Gordillo, ya que además de que los fragmentos que se exhiben son muy breves, carecen de sustancia, a excepción del reconocimiento de una estrategia política por parte de la maestra. Loret de Mola se distingue por ser inquisitivo en sus entrevistas (cuando el contexto lo permite), lo que hace parecer que la televisora, con relaciones tanto con los directores y productores de la obra, pudo haber marcado la línea para evitar meterse en problemas políticos.
La narrativa es buena, el documental utiliza como línea la vida de una familia de escasos recursos, la madre trabaja como lavacoches y en tianguis, por lo que los niños deben trabajan, sin embargo, tanto la adulta como los estudiantes tienen la convicción de que si estudian, tendrán mejores ingresos, por lo que su vida podrá ser diferente.
Antes de la proyección de la película, el espectador recibirá una postal dividida en tres partes, EMA, E de exige a las autoridades, M Mejora la escuela y A Actúa, con sugerencias para los padres de familia sobre cómo apoyar a los estudiantes, pero la primera de las recomendaciones que debería tener el apartado de Actúa no está, podría ser algo así como: “Apaga el televisor” o “Exige mejores contenidos en la televisión, Mejora los programas que ve tu hijo, Actúa y deja de ser sólo un espectador”.
Cabe señalar que esta reseña no tiene, ni por poco, la intención de defender al SNTE, sino de ampliar el panorama, ya que parece un error garrafal omitir los efectos que la televisión tiene en los mexicanos en el tema de la educación. En conclusión, “De panzazo” se trata de un intento de denuncia muy a medias, así como la calidad de la educación del país.
Ficha técnica de la cinta
Documental | 2012 | 80 min. | 35mm | Español | México
Codirigida por: Carlos Loret de Mola y Juan Carlos Rulfo
Producida por: Daniela Alatorre y Mexicanos Primero
Escrita por: Carlos Loret de Mola y Mario Gutiérrez Vega, con el apoyo de Mexicanos Primero
Fotografía: Juan Carlos Rulfo
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